domingo, 22 de noviembre de 2009

entramado

[proyecto agua/]

Así como la espiritualidad y el contacto con la realidad trascendente son subjetivas, porque no hay dos personas que tengan exactamente la misma experiencia al respecto, la ciencia nos intenta explicar el plano objetivo, mensurable, de la realidad. No porque la ciencia sea objetiva sino porque sus objetos de estudio pretenden serlo, al ser porciones de la realidad susceptibles de ser observadas por cualquiera y obtener resultados similares (si bien la teoría cuántica pone en tela de juicio esto último, asumiremos que es así para los fines que nos ocupan).

Vale aclarar que esta separación entre subjetividad y objetividad no es en absoluto estanca sino que sus límites son difusos, y nuestra cosmovisión actual demuestra que la sociedad lo ha empezado a comprender. De todas formas, la unión de lo objetivo y lo subjetivo, del conocimiento y la creatividad, se ha manifestado en el ser humano de muchas maneras (en forma sublime a través del arte), y esa unión constituye también un plano en sí mismo.

Pero la última palabra quizás la tenga la integración de estos tres planos, del mismo modo en que una persona es un ser integral, con experiencias, deseos, sueños y conocimientos, inseparables para convertirlo en el ser único e irrepetible que es, en un alarde de la creatividad infinita que opera en el universo. Ese universo que la astronomía, una de las primeras actividades del hombre junto con el arte rupestre y la adoración religiosa de la naturaleza, intenta explicar en su inmensidad, para finalmente encontrar nuestro lugar en él.

jueves, 19 de noviembre de 2009

conciencia

[proyecto agua/]

Es innegable el papel que la parte subjetiva de esa mente juega en la toma de conciencia del universo. Podríamos decir en líneas generales, que si la parte objetiva de la realidad responde a leyes fijas, es el aspecto subjetivo el que las descubre, pero también el que las puede crear y, eventualmente, modificar, porque la creatividad siempre es subjetiva. La unión de estos aspectos da por resultado un todo que decide observarse a sí mismo y que decide crearse a sí mismo, en cada parpadeo subatómico, infinitas veces y a velocidad infinita.


Somos el aspecto del universo que ha tomado conciencia de sí mismo, que se observa a sí mismo, se estudia a sí mismo y se descubre a sí mismo.

Nuestro origen material está en las estrellas, lo que incluye a los procesos por los cuales pensamos. Pero no está claro que también incluya a la conciencia en sí, ya que no es lo mismo la conciencia que la actividad química que produce actividad consciente en el cerebro. Para tener una idea, por ejemplo, para la cual nuestro cerebro es el vehículo, hay quienes afirman que recurrimos a una fuente que, si bien no es externa a nosotros, tampoco es interna, sino que probablemente nos excede, o para ponerlo más claro, nos “traspasa”.

jueves, 5 de noviembre de 2009

mente

[proyecto agua/]

El universo está en todas partes. Si pudiéramos verlo en su totalidad, entenderíamos que en él, espacio y tiempo son juguetes. Es capaz de crear desde pequeños asteroides hasta galaxias enteras; organiza mundos, se diversifica, destruye para reconstruir. Sus capacidades son potencialmente infinitas, y con el tiempo las segiremos descubriendo a medida que nos adentremos más en sus secretos remanentes (y, eventualmente, en los de otros universos).
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Entre esas capacidades, el reciclar del universo ha derivado, en un pequeño rincón de una de millones de galaxias, en la vida e inteligencia tal y como las conocemos. Quizás en otras partes sean diferentes, pero siendo inteligencia y vida provenientes de la misma materia prima, podemos decir que al menos un aspecto del universo tiene vida e inteligencia. Ese aspecto es consciente y no consciente a la vez; puede aprender y, en última instancia, es capaz de conocerlo todo. Ese aspecto tiene mente.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

origen

[proyecto agua/]
Es bueno recordar de vez en cuando que, al igual que todo lo conocido, somos parte integrante del cosmos.
Nuestros cuerpos, el agua que los compone, los alimentos que consumimos, el aire que respiramos, y en general, la realidad que percibimos con los cinco sentidos -y la que escapa a ellos, que es mucho mayor- tienen su origen y su mantenimiento en las estrellas, las que a su vez tienen su propio origen común.
A fin de cuentas, todo está formado por los mismos elementos, por los mismos átomos, que se reciclan constantemente durante miles de millones de años.